Boletín Informativo, de expresión libre y creativa para padres, niños, familiares y amigos.
Hermosillo, Sonora, México.

CREANDO ESPACIOS:
Literatura infantil
"Astrid Lindgren y su famoso personaje literario infantil Pippi Calzaslargas"
Por: Ana Silvia Figueroa-Duarte

creando espacios

En la imagen se aprecian algunas de las ediciones del libro de Pippi Calzaslargas. La muñeca y el monito que le acompaña (en la parte superior), son una representación de las ilustraciones originales de dichos personajes, realizadas por Ingrid Vang Nyman.
Foto de Archivo: Boletín Contactando

“Estereotipos de género1 en la literatura infantil: Un recurso para re-pensar la educación de las niñas y los niños”2.

En un contexto de gran inequidad y violencia de género, como en el que vivimos actualmente, es imprescindible encontrar y recuperar lecturas que muestren personajes libres de prejuicios de género, como los que desafortunadamente abundan actualmente en la literatura infantil. El sesgo de género está presente en el contenido, el lenguaje y las ilustraciones de muchos libros para niñas y niños. Puede verse en la medida en que un género se representa como el personaje principal, y cómo se representa ese género.

Weitzman y colaboradores (1972), fueron los primeros investigadores en notar un mayor énfasis en los personajes masculinos en la literatura infantil; aunque estudios más actuales han descubierto hallazgos similares. Singh (1998), señaló que no solo se representa a las niñas con menos frecuencia que a los niños, sino que ambos géneros se muestran con reiteración en términos estereotipados.

Según Ernst (1995), las niñas son representadas como dulces, ingenuas, conformistas y dependientes. Por el contrario, los personajes masculinos suelen ser agresivos, físicamente fuertes, poseen un sentido de aventura y pueden funcionar con total independencia. De manera similar, Temple (1993), encontró que los niños tienden a tener roles como luchadores, aventureros y rescatadores, mientras que las niñas se muestran en roles más pasivos como cuidadoras, madres, princesas, que necesitan ser rescatadas y personajes que apoyan la figura masculina.

Tsao (2008), agrega que el dominio masculino se puede encontrar en libros en los que los personajes son animales, y que incluso los tipos de animales utilizados para representar personajes también varían según el género: los ratones se usan con mayor frecuencia para representar personajes femeninos y los osos son empleados con mayor frecuencia para caracterizar personajes masculinos.

Inclusive, de acuerdo con el estudio conducido por Weitzman y colaboradores (1972), sobre libros ganadores de reconocidos premios en literatura infantil, realizado para determinar si existían distinciones de género en personajes y representaciones de roles, encontraron lo siguiente: que el porcentaje de líderes masculinos en comparación con los femeninos fue de 3 a 1, y una subrepresentación de mujeres en roles centrales y personajes principales en un porcentaje de 1:11, los roles de ocupación de los hombres tenían un estatus más alto que las mujeres, y las diferencias de carácter describieron a las mujeres como pasivas e inmóviles contra hombres líderes, independientes y activos.

Por otra parte, un estudio realizado en Australia mostró que, de los 100 mejores libros ilustrados en 2017, era más común que un libro no tuviera un personaje principal que un personaje principal femenino; es decir, las protagonistas femeninas eran en gran parte invisibles (Mokrzycki, 2019).

Todo lo anterior no es innocuo, dado que representaciones de personajes femeninos, basados en estereotipos de género, pueden tener el poder de reducir las expectativas de vida de las niñas. En donde los requerimientos que la sociedad exige para hombres y mujeres son desiguales.


La ideología de género en la literatura infantil

La ideología de género posiciona al hombre como independiente y fuerte y a la mujer como dependiente y débil; asimismo, los hombres son considerados como superiores y a ellas como inferiores. Esas inequidades las vemos reflejadas en los libros de las niñas y los niños; sin embargo, como lectores, fallamos en reconocer cómo el género es codificado en los libros infantiles. Raramente cuestionamos (si es que lo hacemos), por qué es que muchas de las representaciones de mujeres, incluyen personajes vistiendo ropa femenina tradicional o realizando labores domésticas. También fallamos en reconocer cómo la masculinidad3 es representada en los libros infantiles en una forma que refuerza las normas de género tradicionales (Jiang, 2019).

El género es mejor entendido como un proceso social; es construido, mantenido y sostenido a través de relaciones de poder y prácticas sociales. La UNICEF enfatiza: “Todos los niños deben tener la oportunidad de realizar todo su potencial, pero las desigualdades de género que ellos y sus cuidadores encuentran en sus vidas les impiden realizar su potencial. La educación de género puede prevenir eficazmente la discriminación y promover la conciencia de los niños sobre la igualdad (UNICEF, 2020).

A menudo, los niños están expuestos a las desigualdades de género en el hogar y en las comunidades donde viven, a través de los libros de texto, los medios de comunicación y las personas que los cuidan y apoyan; por ejemplo, las asignaciones domésticas desiguales hacen que los niños piensen que la única tarea de las mujeres es hacer las labores del hogar o que el único trabajo apropiado para un hombre es trabajar en el jardín, hacer barbacoa, arreglar el automóvil o construir algo. En conjunto, los niños que ven estas tareas a diario, pueden funcionar en el mundo desde la niñez hasta la edad adulta con limitadas ambiciones (Jiang, 2019).

Wrigley (2003), cree que la educación de género es un terreno fértil para que los niños crezcan de manera saludable y un medio importante para la socialización de género. La educación de género no sólo puede prevenir la perpetuación de la desigualdad de género, sino que también brinda más oportunidades de desarrollo para las niñas. También juega un rol en re-educar a los padres de los niños.

Por su parte, Narahara (1998), señala que más que prohibir libros con estereotipos de género, los maestros pueden guiar a los niños a reconocerlos. Esto ayudará a los niños a desarrollar habilidades de pensamiento crítico. Para ello proporciona una lista de verificación de sexismo en la literatura infantil4.

Por otro lado, en la búsqueda de lecturas que empoderen a las niñas y presenten roles menos estereotipados, nos encontramos un texto que en nuestro país es poco conocido, titulado Pippi Calzaslargas.


Astrid Lindgren5 creadora del famoso personaje literario Pippi Calzaslargas6

No podemos separar a este personaje ficticio creado por la reconocida escritora Astrid Lindgren de su personaje Pippi Calzaslargas. ¿Por qué afirmamos esto? porque es a través de dicho personaje que su autora refleja una nueva visión de la niñez que en su época era debatida, y de la cual era defensora: Una educación orientada a los niños.

Si podemos hablar de Pippi como constructo, ese constructo tiene sus raíces en las nuevas ideas sobre educación y psicología infantil que surgieron en las décadas de 1930 y 1940. Lindgren siguió los animados debates públicos sobre una educación más centrada en el niño, y participó en ellos como proponente de una educación que respetara a los niños teniendo en cuenta sus pensamientos y sentimientos (Braun, 2002). A partir de los años cuarenta ayudó a cambiar la visión de los adultos sobre los niños y sus necesidades. Sabía cómo podría ser la vida de cada niño: “Si tan solo se le brindara respeto y amor y aún más amor, algo tan especial para alguien tan “nuevo en este mundo” (Thompson, 2002).

Esta nueva actitud hacia los niños tuvo consecuencias para su narración. Resultó en la creación de un nuevo narrador que habla y escribe de manera consistente desde el punto de vista del niño (Braun, 2002). Pippi Calzaslargas representa una expresión particular de la infancia. Fue un personaje particularmente nuevo visto en la ficción infantil sueca en 1945, ya que desafió lo que era “normal” y se desvió de las reglas de lo que se consideraba “buena” conducta. Es una niña sueca, pecosa, pelirroja, y poco convencional que posee una fuerza sobrehumana y se ha convertido en un símbolo de los “sueños de poder e independencia de los niños”. Es impredecible, juguetona y le encanta ironizar sobre las conductas de los adultos que percibe como irracionales.


La reacción de la crítica al personaje de Pippi Calzaslargas

En 1941 la autora envió a una editorial sueca buena parte de sus historias. La negativa fue contundente. No hubo la menor posibilidad de pedir revisión. El ambiente patriarcal y conservador de la sociedad sueca impedía que se pudieran publicar relatos de una niña tan atrevida, tan osada, que rompía con todos los moldes establecidos (Bautista, 2020).

Consecuentemente, Pippi ha sido motivo de debate desde su creación. Como personaje femenino joven publicado en la década de los cuarenta, los rasgos que posee Pippi Calzaslargas la hacen no solo poco convencional incluso para los estándares actuales, sino especialmente para su época. Desde entonces el personaje multidimensional se ha presentado como un modelo a seguir para las niñas tanto de Suecia como a nivel internacional, particularmente para la igualdad de género (Hurrel, 2019).

En estados conservadores y dictaduras, la antiautoritaria Pippi Calzaslargas ha sido censurada, habiendo provocado polémica ante la autoridad. En la traducción francesa, por ejemplo, se omitió un tercio de la historia (Hurrel, 2019). En otras, se han sustituido frases o expresiones que para algunos sonaban políticamente incorrectas o “racistas”.

Si bien Pippi es representada como un personaje único, Annika y Tommy (sus vecinos y amigos), están increíblemente estereotipados en sus roles de género. Representan modelos tradicionales de feminidad y masculinidad con los que se esperaba que los niños se identificaran. Pese a lo anterior, se adaptan fácilmente al estilo de ser de Pippi, sin ninguna dificultad.

Por su parte, Pippi demuestra cualidades de crianza y autoridad a una edad particularmente joven, que desafía no solo los roles de género típicos de hombres y mujeres de la época sino también las expectativas y capacidades de los niños (Hurrel, 2019).


El secreto del éxito de Pippi Calzaslargas en las niñas y niños

A los nueve años, Pippi vive huérfana, ya que perdió a su madre cuando era bebé; y su padre, el capitán de un barco, cayó por la borda en una trágica aventura marítima. Uno podría esperar que este comienzo trate a Pippi como una víctima de una historia trágica, pero Pippi lucha por lo contrario. No se le representa como una mujer joven dependiente de una figura masculina, paterna o fraterna. En cambio, es independiente y competente para cuidar de sí misma. Al respecto, se afirma que Lindgren no procedía de una agenda feminista explícita al crear Pippi Calzaslargas; sin embargo, el personaje se ha convertido en una fuente de inspiración en la lucha por la igualdad de género (Hurrel, 2019).

Si bien es cierto que el comportamiento de Pippi es poco convencional y no conforme al género, la hace atractiva tanto para niñas como para niños. A través de Pippi Calzaslargas, Astrid Lindgren ha creado un personaje que supera las expectativas, las normas de género y se ha convertido en un modelo a seguir para todos los niños. A través de este personaje enseña que las niñas como los niños pueden subir montañas, trepar árboles, nadar en ríos de aguas heladas, dejar de comer durante todo un día y mil cosas más subversivas para alguien de su edad, pero sobre todo para una niña (Bautista, 2020).

Se podría decir que Pippi Calzaslargas es la válvula de seguridad del niño contra las presiones de la autoridad y de la vida cotidiana. Este podría ser el secreto de su tremendo éxito entre los niños, sin olvidar su humor irrespetuoso y su estilo divertido, ingenioso e inusual (Braun, 2002).

Pippi es divertida porque rompe con las ideas convencionales sobre cómo deben comportarse las niñas y, quizás, también se burla de los roles de género de los adultos. Como cuando va a la feria con su sombrero gigante en forma de rueda de molino, con un vestido largo de noche y con enormes rosetas verdes en sus zapatos. También se ha aplicado carbón vegetal en las cejas y se ha cubierto la boca y las uñas con pintura roja: “…Yo creo que hay que vestirse como una verdadera dama para ir a la feria” - dijo Pippi. Sin embargo, ella no está tan preocupada por su apariencia como muchas otras niñas y mujeres (Meri, 2018).

No es extraño que Pippi finalmente se convirtiera en una especie de modelo a seguir en el movimiento de mujeres. Un resultado ha sido que en las últimas décadas algunos adultos han querido que las niñas sean fuertes, valientes, desinhibidas, divertidas, rebeldes y desafiantes de la autoridad como Pippi, al menos aquellas que se esfuerzan por criar a los niños en un espíritu de igualdad de género (Meri, 2018).


Pippi Calzaslargas, un recurso para re-pensar la educación en la infancia

Sabemos (por muy patético que parezca) que uno de los métodos que se han empleado a lo largo de la historia para someter la voluntad de los niños es a través del uso de la fuerza y el castigo físico. El adulto con frecuencia se impone, y al hacer uso de su fuerza física consigue dominar al niño, someterlo y disminuir su ánimo. Es una situación de desigualdad, donde siempre hay un vencido (y éste desde luego es la niña y el niño). Pero en Pippi Calzaslargas, el poder físico de los adultos queda totalmente anulado. Así que el modo de proceder de Pippi conlleva a cuestionar los mecanismos de autoridad que emplean los adultos para llevar a cabo sus propios planes a la hora de decidir qué es lo más conveniente para las niñas y los niños (Guerrero, 2017).

De alguna forma, Pippi representa esa infancia empoderada y jubilosa, que desacredita la insensatez del mundo creado por los adultos, con reglas absurdas, un desmedido valor al dinero y pocas opciones para disfrutar de la amistad, el juego, la comida y el entorno natural (Díaz, 2020).

Muestra que las normas pueden frenar la imaginación infantil y limitar las posibilidades de desarrollo de las niñas y los niños, impidiéndoles actuar con iniciativa propia. El personaje de Pippi más bien podría leerse como una celebración de la libertad que debería existir en la infancia, el derecho a la experimentación, a la imaginación y al juego libre (Guerrero, 2017).

La historia de Pippi arroja una confianza en la infancia, en la fuerza de los niños para enfrentarse al mundo con sus propios recursos (imaginativos, de juego y humor), y el deseo de concederles la seguridad para descubrir y modelar su entorno por sí mismos, sin restricciones o represión. Es un libro que podría leerse como una defensa de la educación que se basa en el juego, en el libre albedrío, y en el cuestionamiento de la autoridad y el uso de la fuerza para someter a los niños a la voluntad y deseos de los adultos. Además, el comportamiento de la protagonista ironiza sobre ciertas reglas que los niños tienen que aprender desde temprana edad para su funcionamiento en la familia y la sociedad (Guerrero, 2017).


Conclusiones

En principio consideramos que el presente trabajo, puede ser útil como un recurso para re-pensar nuestra relación con los niños y niñas, como padres, educadores y maestros. Una condición importante es tomar conciencia de esta problemática de género. Por lo que resulta imprescindible una educación de género desde los primeros años de vida de las niñas y los niños, que no solo prevenga la perpetuidad de la inequidad de género, pero que además proporcione mayores oportunidades de desarrollo, salud física y mental para las niñas.

Es indispensable una concientización en los medios de comunicación de sus prácticas en reproducir este tipo de desigualdad: mostrando a las mujeres como inferiores y de explotarlas como objeto sexual y bien de consumo; para que en su lugar las presenten como seres humanos creativos que participan y contribuyen activamente en el proceso de desarrollo.

Tanto en la escuela como en el hogar es necesaria una literatura para niños libre de miradas estereotipadas y sexistas. Una literatura infantil que contribuya a la igualdad de género y a una sociedad más equitativa. Que aliente tanto a las niñas como a los niños a verse a sí mismos como seres humanos con el mismo derecho a todos los beneficios y opciones que la vida pueda ofrecerles.

Notas
1 Estereotipos de género son las representaciones estandarizadas de hombres y mujeres dentro de una cultura, que polarizan las diferencias entre los sexos, especialmente en su apariencia física, rasgos, comportamientos y ocupaciones. Los estereotipos son tan conocidos que, basándose en la identificación de cualquier elemento de un estereotipo de género, las personas regularmente hacen inferencias sobre otros elementos asociados con él. Tales representaciones son ampliamente consideradas como un factor clave en la socialización de roles de género, funcionando como una influencia conservadora en la reproducción cultural (Oxford Reference, 2020).

2 El presente trabajo, es el resultado de una inquietud que afloró a partir de la elaboración de un estudio previo, sobre el autor de libros ilustrados infantiles Leo Lionni. La incertidumbre surgió al revisar doce de sus textos y encontrar que solo en dos de éstos se presentaban protagonistas femeninos, y a nuestro juicio no tan bien caracterizados como su contraparte masculina. Lo anterior nos condujo a una búsqueda con el tema de estereotipos de género en la literatura infantil. Dentro de dicha búsqueda encontramos el texto de Astrid Lindgren, “Pippi Calzaslargas”, un personaje mundialmente famoso; no obstante, en nuestro país es (“extrañamente”) poco conocido, quizás desconocido.

3 De acuerdo con UNICEF, las nociones sociales sobre la masculinidad pueden propiciar el trabajo infantil, la violencia pandillera, el abandono de los estudios y el reclutamiento en grupos armados (UNICEF, 2020).

4 Lista de verificación de sexismo en la literatura infantil

  • 1. ¿Se recompensa a las niñas por sus habilidades y competencias más que por su belleza?
  • 2. ¿Se muestra una proporción realista de madres trabajando fuera del hogar?
  • 3. ¿Algunos de sus trabajos no son administrativos o técnicos?
  • 4. ¿Los padres están criando o pasando tiempo con sus hijos?
  • 5. ¿Todos los miembros de la familia participan por igual en las tareas del hogar?
  • 6. ¿Las niñas y los niños participan por igual en las actividades físicas?
  • 7. ¿Los personajes masculinos y femeninos se respetan como iguales?
  • 8. ¿Se demuestra que tanto las niñas como los niños son autosuficientes, inteligentes y valientes, capaces de enfrentar sus propios problemas y encontrar sus propias soluciones?
  • 9. ¿Hay alguna caracterización despectiva con estereotipos de género, como: “Los niños son los mejores arquitectos” o “Las niñas son tontas”?
  • 10. ¿Se muestra que tanto las niñas como los niños tienen una amplia gama de sensibilidades, sentimientos y respuestas?
  • 11. ¿Es el pronombre masculino (por ejemplo, él) que se usa para referirse a todas las personas?
  • 12. ¿Se enfatizan los logros de las niñas, no su vestimenta o características?
  • 13. ¿Los personajes no humanos y sus relaciones están personificados en estereotipos de género (por ejemplo, perros representados como masculinos, gatos como femeninos)?
  • 14. ¿Se presenta a las mujeres y las niñas como dóciles y pasivas y necesitadas de ayuda?
  • 15. ¿El material refleja las condiciones y contribuciones de las mujeres en la sociedad actual?
  • 16. ¿Se describe con precisión a las mujeres de culturas distintas a la dominante?
  • 17. ¿Se tratan rasgos como la fuerza, la compasión, la iniciativa, la calidez y el valor como humanos en lugar de específicos de género?
  • 18. ¿El material anima tanto a las niñas como a los niños a verse a sí mismos como seres humanos con el mismo derecho a todos los beneficios y opciones?

5 Astrid Anna Emilia Ericsson (1907-2002) nació en un pequeño pueblo al sur de Suecia. A los 24 años se casó con Sture Lindgren del cual tomaría su apellido para el resto de su vida. Vendió 80 millones de libros de su personaje Pippi Calzaslargas. En 1979, por demanda suya, Suecia se convirtió en el primer país del mundo en prohibir el castigo físico infantil. Para Lindgren la forma de educar a los niños no era a través de la represión y el castigo, sino de otorgarles libertad y permitirles ser ellos mismos. Fue una acérrima defensora de los derechos de la infancia, y sus artículos y ponencias lograron que se suprimiera el castigo físico tanto en Alemania como en Suecia (Bautista, 2020).
Mostró que los niños también necesitan ser conmovidos por el arte, y no siempre deben ser alimentados con una dieta de historias agradables y acogedoras, sino que deben enfrentarse a emociones grandes y difíciles, que involucran el amor y la muerte (Thompson, 2002).
Escribió cuarenta libros para niños y jóvenes y cuarenta y cuatro libros ilustrados, además de varias antologías y otros libros. Ha sido traducida a no menos de setenta y seis idiomas diferentes. Casi todo lo que se escribió se ha convertido en películas, guiones de televisión y obras de teatro. Es considerada como una de las autoras más importantes e influyentes de la literatura moderna infantil. La escritora infantil conocida y amada en casi todo el mundo, murió a la edad de 94 años (Thompson, 2002).

6 Se cumplen para estas fechas, 75 años de vida de esta niña retadora que creció en un pueblo que no podía tener un nombre distinto al de Villa Villekulla, que la autora inventó porque comprendió que la desfachatada Pippi necesitaba un espacio similar para vivir. En 1945 cuando se publicó el libro fue un éxito inmediato: a los niños les encantaron las escapadas de esta chica ruidosa con un corazón de oro; ella nunca crecería, podría hacer lo que quisiera ya que no había padres cerca que le dijeran cuándo irse a la cama o tomar su aceite de hígado de bacalao; era la chica más fuerte del mundo y tenía fondos ilimitados en su maleta llena de monedas de oro. (Thompson, 2002).

Referencias bibliográficas

Bautista, Myriam. (2020). La Autora que sacó la literatura infantil de los moldes de princesas. EL TIEMPO, En: https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/astrid-lindgren-autora-que-saco-la-literatura-infantil-de-los-moldes-de-princesas-477982

Braun, Kara Lynn. (2002). The image of childhood in Astrid Lindgren´s Pippi Longstocking. A Thesis submitted in partial fulfilment of requirements for the Degree of Master of Arts. The University of British Columbia. Vancouver.

Díaz, Hanán. (2020). Astrid Lindgren. Un nuevo concepto de infancia. Babar, revista de literatura infantil y juvenil. Revistababar.com. En: http://revistababar.com/wp/astrid-lindgren-un-nuevo-concepto-de-infancia/

Ernst, S.B (1995). Gender issues in books for children and young adults. In S. Lehr (Ed.), Battling dragons: Issues and controversy in children´s literature (pp.66-78). Portsmouth: Heinemann.

Guerrero Quijano, Eleonora. (2017). Pippi Calzaslargas: ¿Libertad extrema?. Armadillos Voladores. Un espacio para los amigos del libro infantil y juvenil. En:http://armadillosvoladores.blogspot.com/2017/10/pippi-calzaslargas-libertad-extrema.html

Hurrel, Lauren (2019). Pippi Longstocking: Hero, Feminist, Queer Icon: Why Pippi has remained a fictional hero in Children´s Literature for over 70 years. En:http://www.lvhurrell.com/2019/01/pippi-longstocking-hero-feminist-queer.html

Jiang, Siyang (2019). What´s in a Picture? Exploring Children´s Picture Books with a Focus on Gender. Major Papers. (78). University of Windsor.

Meri, Tiina. (2018). Pippi Longstocking-Rebel Role Model. Sweden Sverige. En: https://sweden.se/culture-traditions/pippi-longstocking-rebel-role-model/

Mermelstein, Aaron David. (2018). Gender Roles in Children’s Literature and Their Influence on Learners. MinneTESOL Journal, 34(2).

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Narahara, May (1998). Gender Stereotypes in Children´s Picture Books. Long Beach: Education Resources Information Center (ERIC).

Oxford Reference (2020). Axford University Press. En: https://www.oxfordreference.com/view/10.1093/oi/authority.20110803095846645

Singh, M. (1998). Gender issues in Children´s literature. ERIC. ED424591 . En: https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED424591.pdf

Temple, C. (1993). What if ´Beauty´had been ugly? Reading against the grain of gender bias in children´s books. Language Arts, 70 (2), 89-93.

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Thompson, Birgitta. (2002). To Astrid Lindgren: Farewell and thank you. Swedish Book Review. UNICEF, 2020. En: https://www.unicef.org/es/igualdad-de-genero.

Weitzman, LJ, Eifler, D., Hokada, E. & Ross, C. (1972). Sex-role socialization in picture books for preschool children. American Journal of Sociology, 77, 1125-1149.

Wrigley, J. 82003). Education and gender equality. City, ST:Routledge.

Bibliografía relativa a la imagen:

1.- Lindgren, Astrid. Pippi Calzaslargas. (2001) Todas las historias. Traducción: Blanca Ríos y Eulalia Boada. Ilustraciones: Richard Kennedy. Barcelona: Juventud.

2.- Lindgren, Astrid. (2005). Pippi Longstocking. Translated by: Florence Lamborn; Illutrated by: Louis S. Glanzman. Cover Illustrated by: Michael Chesworth. New York: Puffin Books.

3.- Lindgren, Astrid. (1997). The Adventures of Pippi Longstocking. Pippi Longstocking. Pippi Goes on Board. Pippi in the South Seas. Illustrated by Michael Chesworth. New York: Penguin Group.

4.- Lindgren. Astrid. Pippi Longstocking. (2007). English translation by Tiina Nunnaly. Illustrated by Lauren Child. New York: Oxford University Press.

 

Palabras clave:
Estereotipos de género, Literatura infantil, Estereotipos de género en la literatura infantil, Educación de las niñas y los niños, Astrid Lindger y Pippi Calzaslargas, Educación de género, Equidad de género.